Si alguna vez has visto a tu perro correr como si el mundo se estuviera acabando, girando en círculos o atravesando la casa como una bala, probablemente acabas de presenciar un episodio de zoomies. No estás solo. Esta escena, tan común como desconcertante, es motivo de consulta frecuente entre nuevos dueños de mascotas.
Los zoomies, también conocidos como FRAPs (Frenetic Random Activity Periods o Períodos de Actividad Aleatoria Frenética en español), son momentos de energía incontrolable que suelen sorprender tanto por su intensidad como por su espontaneidad. Pueden durar apenas unos minutos, pero la intensidad con la que ocurren puede hacerte pensar que tu perro está poseído por una fuerza sobrenatural.
Si es la primera vez que ves a tu perro corriendo como un loco, no te asustes, no está ocurriendo un apocalipsis ni hay un animal peligroso cerca, llegó a esa etapa canina donde aparecen los famosos zoomies que no son más que corridas a lo loco en las que descargan energía corriendo sin parar de un lado para el otro. Pueden aparecer en cualquier momento del día y sorprenden a sus dueños cada vez que las ven.
Este fenómeno no es motivo de alarma. Muy por el contrario, forma parte del comportamiento natural de los perros, especialmente en cachorros y razas con altos niveles de energía. La clave está en entender qué los provoca, cómo responder y cuándo (si alguna vez) deberías preocuparte.
Cómo reconocer un episodio de zoomies
Un episodio de zoomies es tan visualmente evidente como gracioso. Los síntomas más comunes incluyen:
- Carreras a toda velocidad dentro de casa o en el jardín.
- Giros en círculos sin aparente propósito.
- Postura de “juego”: trasero hacia arriba, patas delanteras estiradas.
- Brincos inesperados o cambios bruscos de dirección.
- Ojos muy abiertos, orejas erguidas y expresión de “locura feliz”.
La escena suele comenzar de forma súbita. Tu perro puede estar tranquilamente descansando y, en segundos, ¡zas! Salta del sofá, corre de una punta a otra y se convierte en un torbellino de pelos y patas. Lo más probable es que tú te quedes mirando sin entender si debes reír o correr a proteger el jarrón más cercano.
Aunque se ven más frecuentemente en perros jóvenes, los adultos también pueden tener estos arrebatos energéticos. La diferencia está en la intensidad y duración, que tienden a disminuir con la edad.
¿Es normal que mi perro corra como loco por la casa?
¡Sí! Completamente normal. Lo que para nosotros parece un brote de hiperactividad es, para ellos, una forma natural de liberar tensiones, excitación o incluso felicidad.
Los perros no tienen la misma manera de procesar emociones que los humanos. Cuando algo los estimula en exceso (como una caminata emocionante, el reencuentro contigo tras horas de ausencia o incluso un baño), pueden expresar esa sobrecarga a través de carreras frenéticas.
Además, los zoomies cumplen una función fisiológica: ayudan a descargar energía acumulada, reducen el estrés y estimulan la circulación sanguínea. Así que en realidad, son saludables… dentro de ciertos límites.
Causas más comunes de los zoomies
Existen múltiples desencadenantes para los zoomies. Aquí te comparto los más frecuentes:
Energía acumulada
Perros que no han tenido suficiente actividad física o mental durante el día tienden a liberar energía de forma abrupta.
Después del baño
El agua, el secado, la manipulación… ¡todo el proceso genera tensión! Una vez libres, muchos perros corren como locos para deshacerse de esa incomodidad.
Post defecación
Sí, es raro, pero muchos perros tienen zoomies justo después de hacer sus necesidades. Posiblemente por una sensación de alivio físico o simplemente porque se sienten bien.
Emoción extrema
Juegos muy intensos, nuevos juguetes, o incluso la llegada de un visitante favorito pueden detonar episodios de FRAPs.
Despertar súbito
Algunos perros, sobre todo cachorros, se levantan de una siesta y, en lugar de caminar, deciden hacer un sprint olímpico.
¿Debo preocuparme si mi perro tiene zoomies?
En la mayoría de los casos, no hay de qué preocuparse. Pero sí hay situaciones donde debes estar alerta:
- Espacios pequeños: si ocurre dentro de casa, podría chocar con muebles, romper objetos o lastimarse.
- Pisos resbaladizos: madera, cerámica o mármol aumentan el riesgo de lesiones.
- Zoomies excesivos: si ocurren con demasiada frecuencia o intensidad, podría ser síntoma de un nivel de estrés o falta de actividad física crónica.
La clave está en observar el contexto. Si tu perro se ve feliz, juega de forma segura y después vuelve a su estado normal, todo está bien. Si ves signos de ansiedad, agresividad o descontrol prolongado, puede ser momento de consultar a un veterinario o etólogo.
Qué hacer (y qué no) durante un episodio de zoomies
Lo que puedes hacer:
Asegura el entorno: si estás en casa, quita objetos frágiles o peligrosos.
Déjalo ser perro: si está en un lugar seguro, simplemente obsérvalo y ríete un poco.
Aprovecha para jugar: si puedes redirigir esa energía a una actividad estructurada, ¡mejor!
Lo que no debes hacer:
No lo regañes: no está haciendo nada malo.
No intentes atraparlo a la fuerza: puede lastimarse o asociar el momento con algo negativo.
No lo ignores por completo si ves signos de sobreexcitación o estrés.
¿Cómo evitar los zoomies excesivos o peligrosos?
Aunque los zoomies son normales, hay formas de mantenerlos bajo control:
- Asegura salidas y caminatas diarias.
- Estimula mentalmente con juegos de olfato o juguetes interactivos.
- Mantén una rutina regular: los perros se relajan cuando saben qué esperar.
- Observa los momentos donde suelen aparecer los zoomies y anticípate.
Zoomies en cachorros vs perros adultos
Los cachorros son máquinas de energía. No solo es más probable que tengan zoomies, sino que lo harán varias veces al día. Es parte de su desarrollo y forma de explorar el mundo.
En adultos, los episodios tienden a ser más esporádicos y están más relacionados con momentos de estímulo emocional o liberación de estrés.
Si tu perro mayor comienza a tener muchos zoomies repentinos sin razón aparente, puede valer la pena revisar su estado emocional o físico.
Cuándo consultar al veterinario por los zoomies
Consulta si observas:
- Zoomies acompañados de jadeos excesivos, temblores o vómitos.
- Episodios demasiado frecuentes o prolongados.
- Cambios en la conducta antes o después del episodio.
- Signos de dolor, cojera o incomodidad.
Conclusión: celebra la energía de tu perro con responsabilidad
Los zoomies son una expresión maravillosa de la vitalidad de tu perro. En lugar de preocuparte, obsérvalos como una señal de que está sano, activo y emocionalmente libre.
Pueden aparecer en cualquier momento del día y sorprenden a sus dueños cada vez que las ven.
Así que, la próxima vez que tu perro salga corriendo como alma que lleva el diablo, en vez de entrar en pánico, relájate y disfruta del show. Después de todo, esa locura es parte del amor perruno que llena nuestros días de vida.
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