Cuando Una Geiger y su esposo rescataron a Samara, sabían que la perrita estaba al borde de la muerte. Parecía una perra zombi, plagado de sarna y habiendo sufrido maltrato y negligencia. Sabían que si ella continuaba viviendo en las calles de una ciudad moldava, probablemente no sobreviviría. Las probabilidades eran que sería golpeada hasta la muerte, gaseada o atropellada.
El amoroso matrimonio alemán tenía experiencia en cuidar perros en situación de abandono y maltrato, y habían rescatado a muchos en el pasado. Decidieron acoger a Samara y brindarle el cuidado y el amor que necesitaba para recuperarse y sanar. Su asombrosa transformación demuestra el poder que el amor y la compasión tienen para transformar a un animal con el corazón y el cuerpo rotos.
Una compartió detalles del rescate de Samara em Internet y la historia se hizo viral:
"Hace dos años, mi esposo se encontró con una foto que no solo lo sorprendió, sino que también sacudió su mundo. Sabía que esta pequeña perrita estaba al borde de la 'muerte'; si continuaba viviendo en las calles de Chisináu, Moldavia, sería golpeada, gaseada o atropellada, y si la rescatábamos, quizás sería más misericordioso ponerla a dormir suavemente. Así que Samara, antes conocida como 'Cocoshka', entró en nuestra vida.
"Sufría de una grave sarna demodex y parecía más un perro zombi que un cachorro normal. Además, debido al abuso en las calles de Chisináu, estaba aterrorizada y agresiva".
"Cuando llegó, nuestro grupo de tres perros (todos rescatados y algunos con alta ansiedad) la recibió y la calmó considerablemente. Ella había vivido en una manada en las calles, así que estaba acostumbrada a vivir con otros perros y pronto se adaptó a la estructura de la manada como si hubiera nacido en ella".
"Lidiar con nosotros, los humanos, fue un asunto completamente diferente. Caminar, moverse, incluso alzar la voz para llamar a los perros, todo le causaba miedo y se acurrucaba".
"Cuidar y tratar la sarna fue una lucha. Tuvimos que rasurarla y, además de sus baños medicinales, tenía que bañarse tres veces al día debido a las graves heridas supurantes que se revelaron una vez que fue rasurada".
"Así que decidimos que necesitábamos restaurar su salud primero antes de abordar sus problemas mentales, lo cual, con retrospectiva, fue la mejor decisión que pudimos tomar para ella".
"Con nosotros, no se esperaba que se recuperara rápidamente para ser trasladada a un hogar permanente. Le dimos todo el tiempo que necesitaba para acostumbrarse a su nueva situación en la vida, para observar cómo tratábamos a nuestros propios perros, para aprender que una voz elevada o una risa o incluso un movimiento repentino no significaban abuso y dolor".
"A pesar de todo esto, sabíamos que nunca se convertiría en un perro típico. Sus problemas con los humanos eran demasiado grandes y ahora es una parte oficial y permanente de nuestra manada. Todavía es muy tímida, no le gusta que la toquen y es imposible sacarla con correa. Pero ha creado lazos con nuestros perros y camina con ellos e incluso responde mejor a los comandos que nuestros perros entrenados".
"La sarna demodex ya ha desaparecido, las heridas han sanado y poco a poco su alma también se cura, saludándonos con la cola en alto y un susurro tímido cada vez que alguno de nosotros regresa a casa".
"Se ha convertido en una hermosa perrita, a pesar de las cicatrices en su rostro y en su alma, y con cada día que vive con nosotros, se abre más y más".
"En los últimos dos años, ha recorrido un largo camino y todavía está aprendiendo y adaptándose. Todos los días tiene una gran sonrisa en su rostro y le gusta que la acaricien y disfruta de nuestra compañía. Y quién sabe si un día simplemente se acurrucará junto a mi esposo o a mí en el sofá y recibirá cariño como el resto de la manada".
Una semana después de que Una escribió esto, Samara dejó que Una la acariciara por primera vez. Se acercó a su mano extendida y permitió que Una le acariciara la cabeza y el mentón.
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